Criaturas
La mirada cómplice, robada
de vez en cuando,
la provocación directa de la
piel mansa,
el roce prohibido de los
cuerpos amantes,
el beso, los labios, los
latidos,
alertas siempre estaban mis
sentidos.
Amante criatura salvaje me
dejaste ser,
hicimos de las tardes,
ardientes refugios,
de las noches,
desesperadas horas ansiosas.
Tu red atrapó mi cuerpo,
tus lazos provocadores
acariciaron mi espalda.
Necesidad inquieta teníamos
a cada instante,
juegos de entrega y pasiones
despiertas,
a veces dormíamos, antes del
beso,
antes de que los cuerpos se
volvieran
y se buscaran, otra
vez, incansables.
Criatura salvaje ansío ahora
volver a encontrarte.
Cazador furtivo, tus redes
ya no me buscan,
me queda en el cuerpo la
huella de tu hombría,
en la piel el olor y el
recuerdo de tu ser,
Tus lazos provocadores, aún hoy, me castigan.
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