Y si...
Hace tiempo participé en un curso de formación de "coachers", al que dedicaré una entrada especial más adelante, y rescaté, entre todas aquellas frases de ayuda una que me sorprendió por lo simple y lo difícil de llevar a cabo. Dijo la "coach", que una de las frases más motivadoras para una persona es cuando le preguntas: "¿Y si...?" Me quedé pensando y luego intenté, como buena aprendiz aplicar la receta, empezando por mí misma. Me senté en el sofá de mi casa y me dije: "¿Y si te levantas y haces un poco de ejercicio en vez de ver la tele?". Para mi sorpresa, el hecho de haber tenido la valentía de formular la pregunta hizo que me revolviera incómoda en el mullido almohadón y entonces, más por vergüenza que por convicción, decidí, que durante los siguientes 5 minutos dedicaría mis energías a esos abdominales que se resisten a dar resultados. Y funcionó. La pregunta. Los abdominales no. Y entonces, como si un impulso invisible me guiar...